Bombillas inteligentes, altavoces inteligentes, televisiones inteligentes… y ahora ¿colchones inteligentes? Pues sí, el IoT, el Internet de las Cosas ha llegado al dormitorio y nuestro colchón se conecta a otros dispositivos. Vamos a ver qué usos puede tener un colchón inteligente.
Control del sueño
Es la primera función que tienen estos nuevos dispositivos, un seguimiento detallado de nuestro sueño para monitorear nuestros movimientos y, así, calcular el tiempo que pasamos en la cama, las horas reales de sueño y la calidad de éste. Además, muchos colchones inteligentes pueden analizar nuestras pulsaciones y la frecuencia respiratoria, para conocer cuánto tiempo pasamos en cada fase del sueño.
Zonas climáticas para cada uno
Cuando una pareja duerme en la misma cama, no siempre tienen las mismas necesidades de temperatura: uno casi siempre es más friolero que el otro. Por eso, algunos de estos colchones se dividen en dos zonas en las que se puede controlar la temperatura de forma individual o conjunta. Así ambos estarán más cómodos ¿no?
Integración con la casa inteligente
Como decíamos al principio, el colchón inteligente es parte del ecosistema del Internet de las Cosas, por lo que podremos conectarlo con otros dispositivos de la casa. Por ejemplo, si es compatible podremos controlarlo con Alexa o con IFTTT, conectarlo a termostatos para programar la temperatura de forma automática dependiendo de la temperatura ambiente o programar la iluminación para que nos despierte lentamente cuando nos levantemos.
Dejar de roncar
Efectivamente. Algunos colchones incluso leen nuestras señales biométricas para detectar cuándo estamos roncando. En ese caso, la cama está diseñada para levantar ligeramente la cabeza de la persona que ronca, reduciendo así el ruido.
Ajustarse automáticamente a nuestra forma de dormir
Por último, existen algunos colchones ajustables que nos ayudan a dormir según nuestra posición. Ya que ésta va cambiando a lo largo de la noche, el colchón está preparado para detectar la postura (si estamos tumbados de espaldas o de lado) y desinflarse o inflarse ligeramente para lograr una mayor comodidad.