Microsoft está convirtiendo a Windows 11 en un centro neurálgico para la vida digital, integrando de un modo fluido y natural elementos, servicios y componentes que antes, incluso estando presentes en el sistema operativo (SO), carecían del grado de adhesión que exhiben ahora. El trabajo que ha hecho la compañía está tanto en el plano de interfaz de usuario como en el menos visible del desarrollo de APIs y mejoras en el código.
Ya hemos visto cómo en apartados como la seguridad Windows 11 aprovecha más las tecnologías de hardware que en Windows 10. También hemos visto cómo en Microsoft 365 el nuevo SO facilita mucho el trabajo con OneDrive, acceso a los archivos en la nube e integración con el explorador de archivos o la búsqueda. Y, además, en el apartado del gaming, Microsoft ya planteaba un escenario de optimización importante que ahora hemos podido poner a prueba: así se integra su videoconsola Xbox en Windows 11.
Xbox en Windows 11: de las consolas al ecosistema de Microsoft
El mundo de los videojuegos es un componente clave del ecosistema de Microsoft. Con el tiempo, la empresa ha ido identificando en el gaming una tendencia que trasciende el hardware, con una clara oportunidad de ir hacia un modelo de juegos como servicio. Esa es la filosofía a la que se encamina Microsoft y que en Windows 11 cobra un protagonismo especial.
Con Windows 10 ya era posible acceder a la plataforma Xbox Game Pass, aunque de un modo tradicional, como aplicación que se puede usar en los equipos, sin estar integrada de un modo fluido en el sistema operativo. Con Windows 11, la situación da un salto cualitativo y cuantitativo importante, con la adición de elementos dentro del propio SO pensados para mejorar la experiencia.
En la captura a continuación puedes ver la calidad de Xbox Game Pass Ultimate, jugando directamente contra la nube en un portátil delgado y ligero con gráfica integrada desde la app Xbox Game Pass. La experiencia gaming está muy conseguida.
Tecnologías de Windows 11 que mejoran la experiencia gaming
En Windows 11, si miramos debajo del ‘capó’, encontramos dos tecnologías que impactan directamente en cómo se juega. Por un lado, tenemos DirectStorage. Esta tecnología acelera el acceso a las unidades de almacenamiento SSD NVMe, de modo que la espera asociada a los tiempos de lectura y escritura en disco se reduce de forma notable.
Esta tecnología está inspirada en la que Microsoft ya implementó en las consolas Xbox Series X y Series S bajo la denominación de ‘Velocity Architecture’. A medida que más equipos integran almacenamiento PCIe 4.0, DirectStorage cobra más sentido porque, por un lado, reduce los tiempos de carga de los juegos (los hay que ocupan decenas de gigas o centenares incluso, y los tiempos de carga inicial pueden ser muy prolongados); y, por otro lado, cuando un título carga texturas durante su transcurso, cuanto más rápido sea el proceso, más elevado será el detalle que podremos tener.
Además, tenemos Auto HDR, que consigue simular el efecto de alto rango dinámico en juegos que no cuentan con esa tecnología de forma nativa. En la actualidad, muchos títulos ya vienen preparados para mostrar esto cuando se conectan a una pantalla que sí tiene esta tecnología. Asimismo, tenemos un número creciente de ordenadores portátiles y pantallas compatibles con HDR, lo cual facilita que podamos beneficiarnos de la experiencia en todo tipo de equipos.
Con el acceso directo ‘Windows+G’, además, accedemos a Xbox Game Bar, un menú que se superpone sobre la interfaz de Windows donde encontramos herramientas relacionadas con la experiencia gaming. Podemos monitorizar el rendimiento de los juegos y aplicaciones que hagan uso de los gráficos con APIs como DirectX 12, al tiempo que podemos hacer capturas, grabar gameplay o incluso añadir nuestros propios comentarios o conectar con otros jugadores a través de Xbox Social.
Xbox Game Pass: para jugar se necesitan juegos
Además de cuidar la tecnología, primero de las consolas Xbox y después de Windows 11 sobre los equipos en los que se ejecuta este sistema operativo, Microsoft está poniendo el foco en los juegos que pone a disposición de sus usuarios. La empresa ha ido migrando su servicio Xbox hacia una modalidad de suscripción mensual, Game Pass, que da derecho a disfrutar de títulos dentro de un catálogo con un número creciente de referencias.
Así, Microsoft cuenta con tres modalidades de acceso a Game Pass: Consola, PC y Ultimate. Como su propio nombre indica, Game Pass Consola está pensada para usuarios de videoconsolas Xbox que quieran acceder a una colección extensa de títulos dentro de las colecciones que caen bajo la ‘jurisdicción’ de Microsoft. Game Pass PC emplea la misma filosofía, pero para ordenador: el usuario podrá instalar en su portátil o equipo de sobremesa los títulos dentro del repertorio de juegos, que se actualiza con frecuencia.
Para acabar, Game Pass Ultimate combina las modalidades consola y PC, al tiempo que añade la posibilidad de jugar en la nube, tanto a través de la aplicación nativa, como en un navegador compatible en iOS y Mac OS. Además, tenemos acceso a Xbox Live Gold, que abre la puerta al juego multiplayer en las consolas Xbox.
En este cuadro tienes el resumen con lo que ofrece cada modalidad y el precio de la suscripción. Por otra parte, puedes echar un vistazo a todos los juegos disponibles en Game Pass aquí. Pero aún hay más: Lenovo ofrece 3 meses de Game Pass Ultimate en todos sus equipos con Windows 11 instalado.
Minecraft: el nexo de unión entre el metaverso, Lenovo y Xbox Game Pass
Con Xbox como parte de Windows 11, es posible aventurarse en experiencias que van más allá de los aspectos puramente lúdicos. Sin ir más lejos, Lenovo presentó hace unos días su tableta Lenovo Tab P12 Pro en un evento para prensa que tuvo lugar en el metaverso, dentro de un escenario creado ad hoc en el videojuego Minecraft. En ese mundo ‘Lenovocraft’, la puesta de largo del producto se desarrolló en un escenario que imitaba a la propia tableta.
De esta forma, Lenovo recreó un salón de actos para desarrollar la presentación, así como diferentes estancias donde los periodistas interactuaban entre sí.
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