Es un clásico: los cables USB se enredan con una facilidad pasmosa. Es meterlos en el bolsillo o en una maleta y casi instantáneamente se ha formado una maraña de la que ni el mismísimo Houdini podía escapar. No digamos ya si guardamos dos cables juntos, que acaban formando una red con la que podríamos ir a pescar.
Hay estudios que demuestran que la probabilidad de que un cable largo y flexible se acabe enredando es del 100%. Eso hace que los cables se vayan retorciendo y, al final, acaban rompiéndose, normalmente en la unión con la clavija USB. Si no quieres que eso te ocurra a ti, aquí tienes tres cables USB que no se enredan ni rompen.
Night Cable
Diseñado por los chicos de Native Union, que se han especializado en accesorios de calidad, el Night Cable es un cable USB de gran longitud (3 metros) con una cubierta especialmente diseñada para evitar esos molestos enredos, y más resistente para evitar roturas. Además incluye de fábrica un gran nudo de cable (falso) que podemos mover a lo largo del cable y que ayuda a mantenerlo en la posición que queramos, sin que se escurra en cuanto desconectamos nuestro dispositivo o dé tirones.
Belay Cords
Justo acaban de financiar su proyecto en Kickstarter, consiguiendo 100 veces más financiación de la que pedían. Y es que además de un cable USB con un diseño y recubrimiento similar al Night Cable, que evita enredos y roturas, han adelantado la llegada del USB 3.1 Type C con sus clavija USB reversible. Lo enchufes como lo enchufes, acertarás.
Snakable
La tercera alternativa es Snakable, un cable USB en el que se ha protegido y diseñado con extremado cuidado la zona donde más sufren los cables: la unión con las clavijas. Así, para evitar esas roturas, han ideado un sistema de rótulas que permite al cable adaptarse a la forma deseada sin retorcerse tanto como para introducir tensión en el giró e ir desgastando el cable.