Se calcula que solo en 2010 se generaron 275 millones de toneladas métricas (TM) de residuos plásticos en 192 países costeros, de los que entre 4,8 y 12,7 millones acabaron en el océano. Un dato que se prevé que aumente de manera importante para el año 2025, ya que los países no cuentan con sistemas de eliminación apropiados del plástico. De hecho, actualmente recuperamos sólo entre el 5 y el 10% de los plásticos que producimos. La mitad están enterrados en vertederos y algunos se reciclan en bienes duraderos, pero gran parte de ellos acaban en el mar.
La mayoría de todos estos residuos se concentran en cinco grandes áreas y se calcula que de los 5,25 billones de piezas de plástico que hay actualmente los océanos, un tercio de ellos se concentran en una parte del Pacífico conocida precisamente como la Isla de Plástico.
Ello se debe a las corrientes marinas, que acumulan el plástico y, dado que este material derivado del petróleo está diseñado para durar, la basura de plástico permanecerá en el océano durante décadas. En el mar, la luz del sol y las olas hacen que los plásticos se rompan en partículas cada vez más pequeñas, pero nunca desaparecen por completo o se biodegradan.
Plástico en el estómago
No se trata de un problema estético, sino de un problema ético y Medioambiental. Los animales del océano, como los peces, ingieren partículas de plástico, que son tóxicas y que, según algunos, pasan a los humanos cuando comemos mariscos.
Cientos de especies marinas están amenazadas por la contaminación de plástico, así como la supervivencia del propio océano. Los seres humanos dependen del océano para la alimentación y como un ecosistema saludable que mantiene el equilibrio del CO2 de gases de efecto invernadero.
Pero, ¿cómo limpiar toda esta basura residual qué hay en los océanos?
Se calcula que al menos 1 millón de pájaros marinos y cerca de miles de animales marinos mueren cada año debido a estos plásticos y mucha especies podrían estar en peligro de extinción por culpa de este problema. Todo ello, además, tiene unas implicaciones económicas importantes, ya que la polución de plástico cuesta al menos 13.000 millones de dólares en daños cada año.
Solamente en la costa este de Estados Unidos se dedican cada año cerca de 500 millones de dólares a limpiar las playas, según datos de The Ocean Cleanup, una iniciativa que intenta, con una nueva tecnología, eliminar este problema de los plásticos en los mares.
En lugar de utilizar redes y barcas para eliminar el plástico, esta compañía utiliza un nuevo tipo de sistema de barreras flotantes que hacen que el océano recopile todos estos plásticos por sí solo gracias a las corrientes marinas. Una vez que este material está concentrado en un punto en concreto puede ser recolectado para enviar a reciclar.
Aprovechar las corrientes marinas
La compañía insistete en que es un sistema más efectivo y respetuoso con el medio ambiente porque es el propio océano, con sus mareas, el que hace que se acumule todo el plástico en único punto, facilitando su recogida. Según sus propios datos, un único punto de recogida de 100 km puede eliminar el 42% de los residuos que se concentran en este punto del pacífico en 10 años.
La compañía se está preparando todavía para poder hacer realidad este sueño y quiere ponerla en marcha en 2020. Hasta entonces, trabaja tanto en proceso de ingeniería como de validación de su tecnología a través de pruebas pilotos y escalables y está también investigando y estudiando el problema de la polución del plástico con el fin de reducirlo.
La red más grande del mundo en pruebas
Antes de poner en marcha este gran proyecto, se llevaron a cabo unos diseños y se probaron simulando un Océano construido a escala 1:18. La maqueta ha sido probada con diferentes olas y condiciones, realizando pruebas en tres dimensiones para comprobar cómo la barrera va a reaccionar ante las corrientes y las olas que vienen de diferentes direcciones.
El invento consiste en una matriz en forma de V de barreras flotantes, que se pega al fondo del mar, y en el que se aumulará el plástico depositado allí por las corrientes marinas naturales.
Debajo de los brazos de este sistema, una pantalla no permeable sumergida ayudará a concentrar el plástico suspendido bajo la superficie. La mayor parte de la corriente pasará por debajo de estas pantallas, que es por donde pasarán los animales que viven en el mar y evitando la captura accidental.
El plástico, al ser más ligero que el agua, se acumula en frente de las barreras flotantes. La matriz escalable de barreras flotantes canalizará los plásticos hacia el centro de la estructura, lo que permitirá extraer y almacenar de manera eficiente el plástico concentrado hasta que se lleva a tierra para su reciclado.
La empresa está fundada por un joven noruego de apenas 20 años de edad Boyan Slat, y el primer sistema de limpieza se pondrá en marcha el año que viene, en 2016. El sistema se extenderá 2.000 metros, convirtiéndose así en la estructura flotante más larga jamás desplegada en el océano y estará operativo durante al menos dos años, en los que pretende capturar la contaminación de plástico antes de que llegue a las costas de la isla de Tsushima en Japón, quien está evaluando si el plástico se puede utilizar como fuente de energía alternativa.
El despliegue representará un hito importante en la misión de esta compañía, quien espera en 2020 desplegar un sistema de 100 kilómetros de largo para limpiar alrededor de la mitad del Pacífico, entre Hawai y California.
Gran expedición
Como parte de este proyecto, ha salido una flota de alrededor de 30 embarcaciones desde Honolulu con el fin de recopilar datos para averiguar la cantidad de plástico que está flotando en el Océano Pacífico.
La flota estará cubriendo un área de 1.400.000 millas cuadrada entre Hawai y la costa oeste de Estados Unidos, creando el primer mapa de alta resolución de plástico en el Pacífico. Si tiene éxito, la Mega Expedición recogerá más datos en tres semanas de los que se había reunido en los últimos 40 años juntos.
Durante la expedición, los buques harán aproximadamente 50 pasos para llevar a cabo encuestas sobre la cantidad de plástico que se encuentran. Las tripulaciones estarán usando una red de arrastre de probar pequeños desechos,.
Sirviendo como nave nodriza de la flota está el 171ft R / V Ocean Starr, un antiguo buque de investigación de la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration), e especialmente equipado con un sistema de cámara aérea y redes gigantes para estudiar objetos grandes, tales como redes fantasma y los escombros del tsunami.
Su objetivo no es sólo acometer la mayor limpieza de la historia sino evitar que se produzcan en el futuro más vertidos. Algo que, sin duda, está en manos de todos.