Un mundo sin cables. La electricidad se reinventa

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Hace ya mucho tiempo que el hombre es capaz de enviar y recibir información y datos sin necesidad de cables. Primero fue la radio, luego la televisión, los satélites, el teléfono móvil, el WiFi e internet en el móvil.

Sin embargo, aunque la idea de transmitir electricidad de forma inalámbrica lleva en nuestras mentes desde que Nikola Tesla la imaginara e inventara a finales del siglo del XIX (seguro que os suena la demostración de una bombilla incandescente que se enciende con un campo electromagnético), todavía no podemos decir que sea una realidad. Eso sí, cada vez estamos más cerca de un mundo sin cables.

La carga inalámbrica a día de hoy

Es posible que muchos de vosotros tengáis un móvil con capacidad de carga inalámbrica. Tal vez algunos incluso tengáis una base en casa y carguéis vuestro teléfono móvil simplemente apoyándolo en ella.

Existen actualmente dos estándares diferentes para esta forma de cargar el móvil, con tecnologías ligeramente diferentes, cada una con sus ventajas e inconvenientes. Por un lado, está Qi, propuesto por el Wireless Power Consortium (WPA), que utiliza un sistema por inducción magnética; por el otro, se encuentran los sistemas de carga por resonancia magnética como Rezence, fruto del trabajo de la Alliance for Wireless Power (A4WP), que ahora ha unido fuerzas con la Power Matter Alliance (PMA)

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La mayor ventaja de la carga por inducción magnética es su mayor eficiencia y menor tiempo de carga, aunque a cambio obliga a colocar el dispositivo con precisión sobre la base. La resonancia magnética, sin embargo, no requiere de tanta precisión, lo que la hace más cómoda, permitiendo una mayor distancia y la carga de varios dispositivos simultáneamente.

Tratar de combinar ambas virtudes es el camino que parece el adecuado. En esa línea, Qi presentó recientemente su versión 1.2, que sacrifica un poco de eficiencia a cambio de una mayor distancia de funcionamiento (4,5 centímetros), lo que permitiría cargar más de un dispositivo y también situar los cargadores ocultos bajo la mesa, sin que haya que recurrir a muebles diseñados específicamente como las mesitas y lámparas de IKEA que integran esta función.

Eso es más o menos lo que ofrece la electricidad inalámbrica hoy en día. No obstante, hay en marcha muchos prometedores proyectos que nos permitirán liberarnos completamente de las ataduras de los cables (literalmente, porque hay que ver lo que se enredan) y también de las bases de carga. ¿Os imagináis entrar en casa o en un bar y que el móvil se comience a cargar en el bolsillo? Ese es el futuro.

El futuro de la electricidad inalámbrica

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Que la electricidad inalámbrica acabará llegando tarde o temprano es algo de lo que hay pocas dudas. Lo que no está tan claro es la tecnología que se irá implantando, pues actualmente hay varias propuestas en marcha, algunas más maduras que otras, pero todas muy prometedoras.

WiTricity, el padrino de la electricidad inalámbrica

WiTricity lleva trabajando en la electricidad inalámbrica desde mediados de la década pasada, buscando soluciones que nos permitan prescindir de los cables, no sólo para cargar nuestro móvil, sino para proporcionar electricidad a electrodomésticos como ordenadores o, por ejemplo, televisores. ¿O no os gustaría libraros de ese lío de cables que hay detrás de la tele?

Su tecnología está basada en la resonancia magnética, y es capaz de transmitir grandes cantidades de energía (del orden de kW) hasta varios metros de distancia con una eficiencia de hasta el 95%, aunque esta depende en gran medida del alejamiento respecto a la base.

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Sus aplicaciones pueden ser muchas. Por ejemplo, podría utilizarse para proporcionar energía a un sistema de iluminación LED sin necesidad de cablear la casa entera. También para que nuestro coche eléctrico comenzara a cargar en cuanto lo aparcáramos en el garaje.

WattUp, el Wifi de la electricidad

WattUp, presentado en el pasado CES 2015 por la empresa Energous, es un sistema de carga inalámbrica pensado para dispositivos que requieran hasta un máximo de 10W de potencia, como nuestros smartphones o tablets. Su tecnología es completamente diferente de las presentadas hasta ahora, pues utiliza un sistema de radio frecuencia (RF) muy similar al que emite nuestro router WiFi, solo que a una frecuencia ligeramente mayor, en la banda entre 5,7 y 5,8 GHz.

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Uno de sus puntos fuertes es que puede funcionar hasta una distancia de cinco metros, así como el hecho de que solo entra en funcionamiento cuando detecta un dispositivo que deba ser cargado en su radio de acción. En el otro lado de la balanza, el voltaje que es capaz de transmitir, de hasta 4V, se reparte entre todos los dispositivos que se estén cargando (hasta 12), lo que puede alargar los tiempos de carga.

uBeam, carga por ultrasonidos

De todas las tecnologías de transmisión de electricidad sin cables uBeam es la más fascinante de todas, pero al mismo tiempo es la que se encuentra en una fase más temprana de desarrollo. Su sistema se basa el uso de los ultrasonidos para enviar energía a través del aire.

A favor, que es capaz de recorrer grandes distancias a través del aire. En contra, que no es capaz de atravesar paredes, algo que el resto de tecnologías sí pueden hacer.

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Entonces, ¿qué nos depara el futuro?

Es poco probable que el futuro nos depare un mundo en el que la energía se transporte de forma completamente inalámbrica de manera parecida a como lo ideó Tesla con su Torre Wardenclyffe. Incluso no es demasiado factible que en un futuro cercano podamos librarnos de todos los cables que tenemos en casa, pero en unos años seguro que podremos:

  • 1. Cargar el móvil con apoyarlo en la mesa, o incluso sin necesidad de ello. Simplemente con llevarlo en el bolsillo o en la mano y estar cerca de algún emisor inalámbrico. Se acabó estar atado a una pared porque no nos queda batería.
  • 2. Liberarnos de los cables de pequeños aparatos que no requieran mucha potencia, como por ejemplo un portátil o un sistema de altavoces.
  • 3. Olvidarnos de las pilas de mandos, ratones, teclados, relojes de pared… porque podrían utilizar directamente la energía inalámbrica.
  • 4. No habría que enchufar el coche eléctrico al llegar a casa. Aparcar y listo.
  • 5. Incluso el sistema de iluminación de casa podría basarse en un sistema inalámbrico, pudiendo colocar luces donde queramos sin necesidad de instalación ni cableado.
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