A finales de 2017 ocurrió algo interesante de cara a la movilidad urbana. Al Twizy, el vehículo biplaza eléctrico que Renault presentó en 2011, y cuyas ventas han empezado a despuntar hace poco, le ha salido un competidor: el EU-LIVE, del Grupo PSA, también un modelo compacto y eléctrico.
Junto al repunte de ventas del Smart ForTwo eléctrico, el auge de los servicios de carsharing en ciudades como Madrid o Barcelona, y la presentación del vehículo que cambia de tamaño, parece que las ciudades se están adaptando a una nueva movilidad, siempre de mano de la tecnología. ¿Qué nos espera en el futuro? ¿Qué hemos conseguido ya?
Algunas novedades que ya podemos encontrar en las ciudades
En las ciudades cada vez tenemos más alternativas de movilidad, y estas vienen acompañadas de los últimos desarrollos tecnológicos en baterías de litio, aplicaciones móviles, datos y sistemas de navegación y seguridad, entre otros. Es increíble lo que ha avanzado la movilidad en muy poco tiempo.
En noviembre de 2015, muchos nos llevamos una sorpresa agradable cuando Car2Go llegó a España acompañado de una flota de 350 vehículos eléctricos. Son de tipo carsharing (movilidad como servicio o MaaS), por lo que basta una aplicación y tener carné en vigor para cogerlos.
Unos meses más tarde, aumentó la flota a 500 vehículos, y el Grupo PSA lanzó una segunda operadora de vehículos carsharing eléctricos, Emov, en diciembre de 2016. Otros 500 vehículos disponibles para los madrileños a golpe de teléfono móvil, desde el cual se reservan vía app. En diciembre de 2017, Zity, la operadora de Ferrovial Servicios, se estrenaba con una tercera flota de 500 vehículos.
Mientras esta notable revolución urbana se desplegaba ante nosotros, se sucedían otras menos ruidosas:
- En 2015, el Renault Twizy alcanzaba las 15.000 unidades fabricadas. La demanda sigue subiendo.
- Entre 2010 y 2016, la mayoría de ayuntamientos digitalizaron el transporte público e integraron las tarjetas RFID retirando billetes.
- Hacia 2017, es raro el ayuntamiento español de un gran municipio que no cuente con flotas de bicicletas públicas.
- En ayuntamientos de toda España, aunque más en Barcelona y Madrid por densidad poblacional, surgieron pequeñas flotas de motos eléctricas.
¿Qué está pasando? ¿Cómo ha cambiado tan rápido la movilidad?
Hacia una movilidad “MaaS” integrada
Hace mucho tiempo que los ciudadanos demandamos un billete único intermodal: la posibilidad de bajarnos del autobús y coger el metro, o viceversa. Mientras esto llega a cuentagotas para algunos servicios públicos, otras maneras de moverse, sustitutivas, facilitan la integración. Los smartphones ayudan.
Hoy día podemos coger una bicicleta eléctrica en Madrid con nuestro abono transporte personal, realizar con ella tres o cuatro kilómetros, y aparcarla junto a la estación de tren a la que accedemos para viajar a otras ciudades. O hacer uso del metro hasta la parada donde una moto eléctrica de “carsharing” nos espera con la batería cargada para hacer el resto de la ruta.
Ya no es necesario hacer uso de un único sistema de transporte (siempre autobús, siempre metro o siempre coche privado, entre otros); sino que es posible una movilidad integrada que hace uso de plataformas de tecnología para funcionar, y en la que el usuario acaba abonando el coste en base al uso real.
Cuando abrimos una aplicación de mapas, como Google Maps (arriba), ya podemos ver recomendaciones de transporte de flotas como Cabify, UberX o MyTaxi; así como el trayecto estimado en bicicleta, tanto pública como privada. Cada vez tenemos más posibilidades.
Lentamente, las capas digitales de la movilidad MaaS se fusionan con el espacio físico y nos ofrecen alternativas personalizadas a bajo coste. En lugar de comprar un vehículo, podemos compartirlo y pagar por uso.
Coger en cada momento el vehículo más apropiado para nosotros
Hace unos años, la compañía Navya sacó al mercado el Autonom Cab, un taxi robótico con seis plazas que recorre las calles de varias ciudades en estos momentos y que espera a que las leyes sobre ética y máquinas se asienten para llegar a todo el mundo.
Aquello que buscábamos en la conducción del futuro puede estar más cerca de lo que pensábamos. Este tipo de movilidad es perfecta para llevar familias numerosas o grupos amigos de un lado a otro de la ciudad.
En ciudades como Madrid, gracias a la última operadora (Zity) podemos elegir hacer uso de un vehículo de cinco plazas y 300 km de autonomía, el Renault ZOE. Emov, de la que hemos hablado antes, hace uso de un Citroën-CZero con cuatro plazas; y Car2Go de un Smart ForTwo con dos asientos.
Es el usuario el que elige, en base al número de acompañantes y la oferta de vehículos en la zona, cuál le compensa más. Un vehículo más grande puede llevar más gente, pero también será más complicado de aparcar. ¿Lo importante? Cada operadora tiene una estrategia diferente en base a precio, plazas o autonomía, por lo que la oferta se está haciendo muy amplia.
Vehículos más compactos, y en régimen de alquiler
Adecuar el número de plazas, el hecho de que casi siempre conducimos solos, y que el 97% del tiempo de uso de un vehículo privado este se encuentra detenido perdiendo valor (abajo), están cambiando la movilidad hacia vehículos más compactos y de alquiler por minutos, aunque ambas tendencias no tienen por qué darse a la vez en una misma persona.
Si te preguntas por qué la MaaS (Mobility as a Service o Movilidad como Servicio) es necesaria para las ciudades y sus ciudadanos, ten presente que de los 10 años de uso de un vehículo, 9 de ellos este se encuentra detenido, cogiendo polvo y perdiendo valor. pic.twitter.com/HGbJT3N7SE
— @euklidiadas@red.niboe.info (@euklidiadas) December 18, 2017
Abríamos el artículo comentando que el Grupo PSA acababa de lanzar el EU-LIVE. Biplaza, eléctrico (formalmente híbrido), compacto… demasiadas similitudes como para no hacer referencia al Twizy de Renault. ¿Por qué lanzar este coche ahora? ¿Por qué no dentro de una década, o en 2011?
Quizá porque las ventas del Twizy están por fin repuntando, porque las ciudades admiten cada vez mejor la movilidad ciclista y porque el número de motos eléctricas asciende frente al total de turismos.
La cultura nonownwership asociada a los millenials (el no poseer un vehículo) está haciendo que las ciudades sean entornos menos agresivos para la conducción, y por tanto más abiertos a la movilidad de vehículos de menores dimensiones.
Una movilidad que nos viene bien teniendo en cuenta la saturación de algunos barrios, ya que se pueden aparcar dos Twizys o EU-LIVE en una plaza estándar. Solo han pasado unos años, pero hemos visto cambios radicales y un crecimiento explosivo de la movilidad carsharing eléctrica.
¿Lo último? La imagen con la que cerramos. Un vehículo “plegable” o adaptable que cambia de tamaño en base a las necesidades del momento. Se podrá aparcar comprimido y “estirar” para transportar objetos. ¿El futuro? Pinta eléctrico, carsharing y adaptado al usuario.
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Imágenes | Thesupermat (CC BY-SA 3.0), Prensa Car2Go, Navya, EU-LIVE, UNAL