En 2019, el mundo perdió 24,2 millones de hectáreas de cobertura arbórea. No fue el peor año desde que existen este tipo de mediciones, pero casi. Los trópicos concentraron cerca de la mitad de las pérdidas. De hecho, 3,8 millones de hectáreas pertenecían a bosques tropicales primarios. Es decir, durante 2019 se deforestó un campo de fútbol de selva virgen cada seis segundos.
Este tipo datos y análisis, fundamentales para la lucha contra la deforestación y la protección de la biodiversidad, son posibles gracias a Global Forest Watch. Esta herramienta de código abierto, lanzada por el World Resources Institute, cuenta con el apoyo de instituciones como la Universidad de Maryland y socios tecnológicos como Google.
Su historia empieza en 1997, como una red de monitoreo forestal experimental en cuatro países: Camerún, Canadá, Gabón e Indonesia. Poco a poco, fue ampliando su radio de acción y, en 2006, publicó su primer mapa global de la deforestación. Desde 2011, cuenta con un mapa interactivo en el que los datos actualizados están disponibles para todo el mundo. Así es cómo usar Global Forest Watch.
El retroceso de los bosques
De los 24,2 millones de hectáreas de cobertura arbórea perdidos en 2019, 11,9 se concentraron en los trópicos. La cobertura arbórea se calcula a través de múltiples fuentes de datos, desde informes locales hasta imágenes satelitales, e incluye causas naturales (como incendios), pérdida de árboles de uso agrícola (en plantaciones) y deforestación propiamente dicha.
24,2 millones de hectáreas es más de la mitad de la superficie de España. Pero, a pesar de lo impactante de la cifra, lo realmente preocupante son los 3,8 millones de hectáreas deforestados en las selvas tropicales. Estos bosques primarios, intactos, son claves para la biodiversidad y el almacenamiento de carbono. Según los datos de Global Forest Watch, la pérdida de bosques primarios aumentó un 2,8% en 2019 con respecto al año anterior.
Además, los datos de 2019 indican que la deforestación de la selva ha alcanzado valores récord en varios países. Brasil (1,3 millones de hectáreas de bosque primario perdido), la República Democrática del Congo (475.000 hectáreas), Indonesia (324.000 hectáreas) y Bolivia (290.000) encabezan la clasificación.
Los datos de Global Forest Watch también indican que la destrucción de los bosques primarios se debe a razones muy diferentes. En Bolivia, por ejemplo, los incendios fueron la causa de la pérdida de masa arbórea. Lo mismo sucedió en Brasil en los años 2016 y 2017. Pero en 2019, la destrucción de bosques con fines agropecuarios y para otros usos del suelo fue el factor dominante en el país lusófono.
A nivel global, la tasa de pérdida de cobertura arbórea fue la tercera más alta desde el inicio del siglo. Desde 2001, se han perdido 386 millones de hectáreas (ocho veces la superficie de España).
Más allá de los trópicos, los incendios de Australia se han dejado notar en los datos de 2019 (y todo indica que su impacto en los de 2020 será mayor). Para Australia, el año pasado fue el peor en pérdida de cobertura arbórea desde que se tienen registros (la tasa de 2019 multiplicó por seis la del año anterior).
Cómo usar Global Forest Watch
La plataforma de datos publica informes de forma regular. Además, los datos pueden consultarse en un panel, en el que es posible seleccionar información global o por países, o en las diferentes secciones temáticas (biodiversidad, clima, materias primas, agua e incendios).
Pero, sin duda, la herramienta más atractiva de la plataforma es su mapa. En ella, mediante un menú situado en el margen izquierdo de la pantalla, podemos aplicar diferentes filtros de manera global. Así, tendremos la oportunidad de ver, por ejemplo, dónde se ha perdido masa forestal y dónde hay más árboles, o las causas de la pérdida de masa forestal. De este modo, podremos conocer el impacto de los incendios en el Ártico o de la agricultura en el Amazonas.
Igualmente, la herramienta nos permite consultar incluso el tipo de concesiones que se han hecho y que han llevado a la pérdida de masa arbórea: plantaciones de palma aceitera, explotaciones madereras, minas o grandes infraestructuras, como presas, por ejemplo.
Por otro lado, en el menú Cobertura de tierra del mapa, es posible explorar los tipos de bosques que cubren nuestro planeta. Saber dónde quedan selvas intactas o dónde se concentran los bosques de manglar.
Por último, la herramienta incluye seis mapas específicos que van más allá de la gestión forestal: la integridad de la biodiversidad, la importancia de cada territorio para la biodiversidad, los puntos donde la biodiversidad está más amenazada, los lugares que pertenecen a la alianza para la extinción cero, las áreas con aves endémicas y los territorios clave para la conservación del tigre.
Cómo usar Global Forest Watch no entraña grandes dificultades. Pero es una herramienta amplísima para conocer en detalle qué está pasando con los bosques del planeta o saber cómo han afectado los incendios veraniegos a las masas forestales de nuestro entorno.
Imágenes | Unsplash/Dave Herring, Eutah Mizushima, Global Forest Watch