«Cuanto antes se mueva el paciente por sus propios medios después de una lesión, antes se recuperará». Esta es la idea en la que se basó María Paz Bureo para crear Neurofit, un gimnasio pensado para la rehabilitación de pacientes con lesiones neurológicas a través de la tecnología, la gamificación y técnicas activas de rehabilitación.
Durante más de cuatro años, esta fisioterapeuta y terapeuta ocupacional recorrió centros de todo el mundo para buscar la tecnología que mejor podría apoyar su proyecto. Hoy, Neurofit cuenta con plataformas sensorizadas, sistemas dinámicos de suspensión y hasta un brazo de compensación de gravedad patentado por la NASA. Entre otras muchas cosas.
El blog de Lenovo: ¿Hasta qué punto fue importante tu experiencia personal para crear Neurofit?
María Paz Bureo: Fue muy importante, porque soy un ejemplo de que, si se quiere, se puede. Sufrí un accidente cuando tenía 5 años; este accidente me provocó una lesión neurológica grave que afectó a mi movilidad y limitó mi campo visual. Desde entonces, mi vida se ha centrado en superarme día a día. Tuve que volver a aprender todo lo que había aprendido antes del accidente y luchar mucho para conseguir formarme profesionalmente y ser independiente. Conté con el apoyo de muchas personas, profesionales, amigos y familiares que me ayudaron en este proceso.
«Mi objetivo es hacer un poco más fácil su recuperación a las personas que, como yo, han visto interrumpida su vida por una lesión neurológica»
Mi objetivo con Neurofit es hacer un poco más fácil su recuperación a aquellas personas que, como yo, han visto interrumpida su vida por una lesión neurológica. Se trata de un spin-off de la empresa FISIOASISTENCIA, en la que prestamos servicios de fisioterapia domiciliaria.
En mi actividad diaria visitando a pacientes que habían sufrido una lesión limitante, ya sea neurológica o no, pude comprobar que los que iniciaban pronto la rehabilitación y lo hacían de forma activa, moviéndose, recuperaban antes su independencia. Además, recuperaban más capacidades que aquellos que sólo eran movilizados de forma pasiva o tardaban en iniciar la rehabilitación.
EBL: ¿Qué limitaciones encuentras en la rehabilitación y la terapia tradicional?
MPB: Tradicionalmente, cuando una persona tiene una limitación motora importante, se le aplica terapia pasiva. Es decir, se le moviliza de forma pasiva (por ejemplo, en una camilla o sentado) para recuperar la musculatura.
Nuestra experiencia es que cuanto antes se mueva el paciente por sus propios medios después de la lesión, antes se recuperará. Pero esto es difícil por un factor clave: el miedo.
«Cuanto antes se mueva el paciente por sus propios medios, antes se recuperará. Pero esto es difícil por un factor clave: el miedo»
Lo que hemos hecho en Neurofit es diseñar unas instalaciones donde todo está adaptado para posibilitar el movimiento, aunque éste sea muy difícil o casi imposible. Así, los pacientes se mueven por sus propios medios y realizan ejercicio desde el primer día, independientemente del grado de control motor que tengan, sin riesgo alguno de caída. De esta forma, logramos resultados más duraderos y más rápidos.
EBL: ¿En qué medida os permite la tecnología conseguir estos resultados?
MPB: La tecnología nos permite dos cosas. Por un lado, hacer los tratamientos más eficientes, ya que podemos medir el avance en cada sesión y adaptar la terapia a la evolución real del paciente. Por el otro, hacer las sesiones más divertidas. Nos permite convertir la rehabilitación en un juego que hace al paciente olvidarse de sus limitaciones y disfrutar. Cuando estamos motivados, conseguimos lo inimaginable.
EBL: La tecnología es, de hecho, uno de los pilares de Neurofit.
MPB: Efectivamente. Sin tecnología no hubiéramos podido crear Neurofit. Nuestros principios (gamificación, progresividad y eliminación de barreras) solo son posibles si sumamos la tecnología a la ecuación.
Cuando comenzamos este proyecto, en 2014, nos dimos cuenta de que casi no existía tecnología aplicada a mejorar los procesos de rehabilitación. Además, la poca que existía era muy cara y no llegaba a los centros tradicionales de recuperación funcional.
«Casi no existía tecnología aplicada a mejorar los procesos de rehabilitación y la poca que existía era muy cara y no llegaba a los centros tradicionales»
Dedicamos cuatro años a visitar centros de investigación, universidades, laboratorios y hospitales de Estados Unidos, Canadá, Alemania, Finlandia, Reino Unido o China. Desarrollamos y adaptamos equipos propios, colaboramos con otras entidades en la adaptación de sus desarrollos y finalmente configuramos un método y un modelo de centro que implantamos en 2018 en nuestras primeras instalaciones.
EBL: ¿De qué tipo de tecnología se trata?
MPB: Utilizamos, por ejemplo, plataformas sensorizadas para la educación del equilibrio y la marcha. El equilibrio es una habilidad fundamental en nuestra vida. También es una de las más importantes en el proceso de rehabilitación tras haber sufrido un ictus o cualquier otra lesión neurológica. Disponemos de una plataforma sensorizada vinculada a una plataforma de juegos pensados para trabajar el equilibrio. Los sensores de la plataforma detectan la pisada del paciente y adaptan el juego a su capacidad de mantener el equilibrio, poniéndole retos para mejorarlo.
También contamos con un brazo de compensación de la gravedad que compensa el peso del miembro superior afectado del paciente, facilitándole el movimiento de forma progresiva. Este sistema procede de la NASA: es una adaptación de un equipo de entrenamiento para astronautas, pensado para enseñarles a hacer operaciones de mantenimiento fuera de la nave, en condiciones de ingravidez.
También contamos con sistemas dinámicos de suspensión, sistemas dinámicos para el tratamiento de la mano afectada, terapia inductiva de alta energía para el tratamiento de la espasticidad, electroestimulación, realidad virtual y un largo etcétera.
Nos gustan aquellas tecnologías que estimulan la recuperación neuronal partiendo de las teorías de plasticidad cerebral. Recientemente, hemos adquirido un equipo de terapia magnética transcraneal que instalaremos en breve.
EBL: Estáis probando, también, equipos de realidad virtual, realidad inmersiva y biofeedback. ¿Qué posibilidades ofrecen estas nuevas opciones?
MPB: Estamos investigando las posibilidades de realidad inmersiva y realidad virtual. Nos ayudan a conseguir que el paciente se abstraiga de sus barreras físicas y comience a concentrarse en moverse. Las utilizamos en combinación con sistemas de sujeción que permiten al paciente moverse libremente.
«Con el biofeedback “engañamos” al cerebro para que crea que es capaz de mover un miembro afectado y se genere la respuesta nerviosa»
Con el biofeedback lo que hacemos es “engañar” al cerebro simulando movimiento, para que crea que es capaz de mover un miembro afectado y se genere la respuesta nerviosa.
También estamos explorando la posibilidad de usar equipos que permiten la conexión cerebro-máquina. Mediante la lectura de las señales eléctricas del cerebro, un ordenador puede adaptar la terapia que sigue el paciente para optimizarla y acelerar la aparición de resultados. Todas estas técnicas son experimentales, pero muy prometedoras.
EBL: ¿Cuáles son vuestros próximos pasos?
MPB: En los próximos meses vamos a abrir una clínica en Madrid. A partir de ahí nuestro objetivo es desarrollar una red de centros con los que llegar al mayor número de pacientes posible.
Hasta el momento, hemos atendido a más de 500, con patologías muy diferentes: ictus, daño cerebral adquirido, esclerosis múltiple, ELA, ataxias, párkinson o parálisis cerebral. También pacientes que han recibido una prótesis de cadera o de rodilla e incluso adultos mayores que, sin tener una lesión específica, buscan mantenerse activos y frenar el deterioro producido por la edad.
Imágenes | Neurofit