La tecnología es la responsable de nuestro estado actual de bienestar. Gracias a los avances científicos y su aplicación no solo vivimos más, aumentando la esperanza de vida, sino que lo hacemos mejor. Muchos se preguntan, ¿hay un límite a la esperanza de vida?
En este artículo explicamos cómo se calcula y sus limitaciones. Pero también hablamos de cómo cada nacimiento y el avance médico empujan la barrera de la muerte hacia el futuro. ¿Se puede medir a qué velocidad se aleja nuestra muerte?
Cada vez vivimos más, gracias a la tecnología
La esperanza de vida (EV) se calcula sumando los años que vive una población y dividiéndola entre el total de personas. Por lo que sabemos, no deja de crecer. En 1960 la esperanza de vida en el mundo era de 52,57 años (en España, de 69,11); y en 2016, la EV era de 72,04 (en España, de 82,83).
Si observamos la gráfica de abajo para nuestro país, nos damos cuenta de que sigue prácticamente una línea recta desde hace 56 años. Usando herramientas de análisis muy simples, vemos que la esperanza de vida ha aumentado unos 2,94 meses por año. Es muchísimo, y nos preguntamos si tendrá límite.
Además, la calidad de la salud con que disfrutamos de todas las etapas de nuestra vida es mucho mayor que en cualquier otro periodo histórico. Ahora todos llegamos a la pensión, un sistema desarrollado para “premiar” a las pocas personas que consiguiesen llegar a determinada edad.
Todo esto se ha logrado gracias a innovaciones médicas y otras tecnologías relacionadas, como la capacidad de computación. Aún así, envejecemos a un segundo por segundo y tenemos un “tope” al final de nuestras vidas. Una vez hemos nacido, ese tope lo marca nuestra generación.
La muerte de la humanidad se aleja con cada hijo
Vamos a hacer varios cálculos muy interesantes fingiendo, por ejemplo, que una persona es toda la humanidad. Para el ejemplo usaremos un voluntario nacido en 1988, como un servidor. En 1988 la esperanza de vida media para varones era de 73,43 años.
Esto no quiere decir que vaya a morir hacia 2061 d.C. (1988+73). Es más que probable que viva muchísimo más. La EV de 1988 se calculó como la media de edad de las personas fallecidas en 1988, por lo que es casi seguro que, salvo accidente o enfermedad, sobrepase con éxito esos 73 años.
No obstante, no tenemos datos para calcular el número de años que vivirá realmente una persona. Para ello tendríamos que viajar al futuro y hacer la media con la fecha de fallecimiento de todas las personas que nacieron en 1988. Dicho esto, podemos usar la EV como aproximación válida porque los mismos errores de cálculo se tienen en todas las generaciones.
Ahora imaginemos que ese mismo año nació la pareja (mujer) de nuestro voluntario. Ellas viven más que ellos, y su EV es de 79,83 años. Ahora la pregunta importante: ¿cuál es la esperanza de vida media conjunta? Una simple media nos aporta el dato de 76,67 años para la pareja, que para este ejemplo constituye toda la humanidad.
Para que no estén solos, vamos a suponer que en 2016 tuvieron una hija y en 2017 un hijo, cada uno con su esperanza de vida en base al sexo y generación: 85,83 años y 80,39 años, respectivamente. Los cálculos se complican, pero no mucho. En 2018 la estimación de los años que les quedan es esta:
- Padre (30 años) = 73,43 – 30 = 43,43 años
- Madre (30 años) = 79,83 – 30 = 49,83 años
- Hija (2 años) = 85,83 – 2 = 83,83 años
- Hijo (1 año) = 80,39 – 1 = 79,39 años
- EVmedia (15,75 años) = 64,12 años
Los cálculos son de servilleta, y por supuesto habría que tener en cuenta otras consideraciones. Por ejemplo, que a los 30 años los padres habrán subido ligeramente su esperanza de vida gracias a las tecnologías de las últimas tres décadas. Cuando nacieron, la medicina no estaba tan avanzada.
Sin embargo, la conclusión es evidente: con la llegada de los hijos, el conjunto ha aumentado el número de años que les quedan por delante a todos. Es decir, nuevas generaciones más longevas añaden años de vida al conjunto de la “humanidad”. Acabamos de ver con un ejemplo sencillo la velocidad a la que se mueve la muerte, hacia el futuro.
El cálculo con toda España
¿Podemos hacer el mismo tipo de cálculos con todo un país o una generación? Aunque los datos no son del todo fiables y la esperanza de vida no avanza igual por todo el mundo, lo cierto es que sí. Podemos dar con tendencias aproximadas muy interesantes. ¿Se acerca la muerte o se aleja? Abajo el caso de España.
En el gráfico de arriba vemos el reparto de los años de esperanza de vida de los recién nacidos, año a año, entre la población viva de ese momento. Es decir, en el año 2000 la esperanza de vida media subió 0,12 años gracias a los recién nacidos de aquel entonces. El cálculo: (Nacimientos x EV)/Población.
Simple, pero interesante para observar las tendencias. Los datos previos son algo más limitados, aunque destaca el hecho de que el cálculo de los últimos 100 años da un resultado positivo. La muerte se aleja de la humanidad a medida que aumenta la esperanza de vida, incluso en un país con tasas de nacimiento muy bajas.
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