Aunque cada vez menos, aún está extendida la creencia de que los videojuegos no solo no contribuyen al desarrollo emocional e intelectual de los jóvenes, sino que los llenan de violencia y conceptos negativos. Por suerte, poco a poco esta idea se ha ido contraponiendo gracias a diversos estudios y evidencias que alejan a los videojuegos de ser la semilla del mal per se e incluso consideran a algunos como herramientas educativas útiles y divertidas.
En general, los videojuegos pueden ayudarnos a mejorar nuestra capacidad lógica, memoria, planificación, concentración y visión estratégica. Además, muchos nos enseñan a trabajar en equipo de forma respetuosa y lúdica. Potencian, también, distintas destrezas, como la coordinación o la orientación espacial, puntos imprescindibles a la hora de dedicarnos, por ejemplo, a la arquitectura o el diseño.
Capacidades matemáticas
Efectivamente, un juego tan simple y tan al alcance de cualquiera como puede ser ‘Angry Birds’, tiene un potencial enorme a la hora de educar. En este caso, el juego de lanzar pajaritos ayuda a mejorar nuestras capacidades matemáticas y a resolver problemas en los que intervienen nuestros propios cálculos. Conseguir la curvatura y potencia perfectas para que nuestro pájaro alcance el objetivo pondrán a nuestro cerebro a trabajar.
Aprende historia y estrategia con estos videojuegos
Juegos como ‘Civilization’ nos invitan a adentrarnos en antiguas civilizaciones donde no solo sacaremos a relucir nuestro pensamiento estratégico y la planificación a largo plazo, sino que también aprenderemos cómo funcionaba el mundo en aquellos tiempos. Este juego se basa en la conquista de territorios según la época que seleccionemos, Edad Media, Moderna o Contemporánea. Nos ofrece, además, la opción de revisar bibliografía histórica para avanzar en el juego. Otros títulos como ‘Starcraft’, basados en mundos de ciencia ficción, tienen las mismas propiedades, obligándonos a pensar en las consecuencias que nuestras decisiones tendrán en un tiempo futuro.
Entrena tu cerebro al completo
El famoso ‘Brain Training’ es uno de los ejemplos perfectos de cómo puede un videojuego contribuir a nuestro desarrollo personal e intelectual. Este título nos propone una serie de ejercicios donde la lógica y las matemáticas se promueven a través de rompecabezas y ejercicios rápidos. Es el entrenamiento perfecto para mantener nuestro cerebro activo y recuperar nuestra relación con el cálculo.
Potenciando nuestro ingenio
Si lo que queremos es mejorar nuestra imaginación e ingenio, ‘Profesor Layton’ es indispensable. A lo largo de la historia, tendremos que ir resolviendo numerosos puzles y acertijos que se convertirán en auténticos quebraderos de cabeza hasta que nos invada la satisfacción personal que implica resolverlos. Un juego estéticamente precioso, con personajes entrañables y con una mecánica más que positiva para nuestra mente.
¿Alguien dijo creatividad?
‘Animal Crossing’ es un juego muy positivo en muchos aspectos, pero si en algo influye, es en nuestra creatividad. Nos encontramos en una isla prácticamente virgen en la que tendremos que ir gestionando nuestros recursos, cuidando a nuestros vecinos y convirtiéndola en un verdadero hogar. Descubriremos cientos de animales gracias a la pesca y a la caza de insectos, hallaremos fósiles antiguos y aprenderemos a decorar un espacio, teniendo en cuenta dimensiones, colores… En definitiva, todo un ejercicio creativo que sacará al artista que llevamos dentro.
Gestión de recursos y pensamiento emprendedor
Juegos como ‘Stardew Valley’ nos enseñan a gestionar un negocio e intentar exprimir al máximo los recursos disponibles para ello. En este popular desarrollo, tendremos que gestionar nuestra granja y nuestros cultivos, intentando crecer poco a poco y convertirnos en auténticos profesionales. Además de aprender sobre el cuidado de plantas y animales, sacará a relucir nuestro espíritu emprendedor y nos ayudará a ser más organizados y a organizar mejor los recursos existentes.
Orientación espacial y trabajo en equipo con ‘Minecraft Education’
Esta versión del famoso ‘Minecraft’ es específicamente educativa. En ella, los jugadores pueden realizar construcciones libres a través de bloques (parecido a lo que sucede en Lego) y resolviendo problemas en equipo gracias a sus habilidades. Nos brinda la oportunidad de adquirir destrezas de aprendizaje motivadas por la continuidad en el videojuego. Asimismo, se mejora nuestra orientación espacial y también nuestra creatividad, al poder crear cualquier cosa que se nos ocurra. Esta edición del popular ‘Minecraft’ se puede jugar en línea y, en Estados Unidos y Europa, ya la emplean activamente en más de 5.000 colegios.
Estos son solo algunos ejemplos del enorme potencial que tienen los videojuegos a la hora de educar e incluso reeducar a jóvenes y no tan jóvenes. No dudes en apuntarte estos títulos y empezar a ejercitar tu mente.
Más en El Blog de Lenovo | Gamificación y educación: ¿da resultados o es peor enseñar que todo debe ser divertido?
Más en El Blog de Lenovo | ¿Aprender jugando? 7 apps para disfrutar con los más pequeños