sostenibilidad en la antigüedad

Las ruinas de Palmira y el secreto de la economía circular urbana

Una ciudad rodeada de palmas datileras. Un centro de comercio internacional, que extendía sus redes a lo largo de la Ruta de la Seda. Un oasis de riqueza y esplendor en pleno desierto. Y, quizá, una de las primeras ciudades sostenibles de la historia. Los secretos de la economía circular urbana podrían estar ocultos en los 4.000 años de edad de Palmira.

El proyecto internacional ‘Circular economy and urban sustainability in Antiquity’ liderado por la Universidad de Aarhus, Dinamarca, analiza la gestión de residuos y el reciclaje de materiales de la antigua ciudad de Palmira, cuyas ruinas todavía pueden verse en la actual Siria. A pesar de ser un centro de gran importancia mercantil hasta el siglo II d.C., se cree que la ciudad era completamente autosuficiente.

“En una economía circular, se desarrolla y reproduce un sistema que no agota los recursos, sino que optimiza su uso a todos los niveles. Así se consigue reducir al mínimo tanto la necesidad de materia prima como la generación de residuos”, explica Rubina Raja, directora del Centre of Excellence for Urban Network Evolutions de la Universidad de Aarhus que lidera el estudio. “Las sociedades antiguas se veían obligadas a funcionar de forma circular en muchos sentidos”.

las ruinas de Palmira en Siria

Palmira, un oasis comercial

Entre los años 1933 y 1938 de nuestra era, bajo las ruinas del Gran Palacio Real de Mari, aparecieron cerca de 15.000 tablas de arcilla escritas en acadio, una lengua semítica de escritura cuneiforme. Hablaban, sobre todo, del esplendor de la ciudad de Mari, en el norte de la antigua Mesopotamia, alrededor de 2.000 años antes del inicio de nuestro tiempo. Allí, hace 4.000 años, se nombra por primera vez la existencia del asentamiento de Palmira.

Sin embargo, el esplendor de la ciudad de los dátiles llegaría mucho más tarde. Bajo la influencia del imperio helenístico, primero, y romano, después, la urbe siria se convirtió en un enclave próspero. Palmira se había transformado con los movimientos comerciales y las caravanas que recorrían la Ruta de la Seda entre Occidente y Oriente. Tal fue su importancia económica, que la ciudad incluso logró mantener su independencia y fue una región autónoma del imperio romano.

Palmira se convirtió en un poderoso enclave comercial y a partir del año 200 d.C. empezó a extender su poder. Llegó a conquistar la mayor parte de la península de Anatolia. Su expansión provocó el enfrentamiento directo con Roma y en el año 272 los ejércitos del emperador Aureliano recuperaron Anatolia. Un año más tarde, borraron Palmira del mapa. Aunque la ciudad fue reconstruida más tarde, ya no volvió a ser la misma.

Ejemplo de economía circular urbana

Situada en medio del desierto, la fuerza de Palmira estuvo siempre en el comercio. Como explica Rubina Raja, en la antigüedad la cultura de un solo uso no existía. Los recursos eran escasos y valiosos y se reutilizaban en la medida de lo posible. Así, por ejemplo, en sus años de trabajo en la región, los arqueólogos de la Universidad de Aarhus han descubierto que las cerámicas rotas y los restos de huesos se usaban habitualmente para pavimentar las calles. Y que el reciclaje del cristal, refundiendo los restos de recipientes rotos, era algo común.

“Este tipo de prácticas y patrones son los que ahora queremos observar con detalle en Palmira. Los restos de la ciudad oasis contienen gran cantidad de materiales en un periodo de tiempo muy bien delimitado [del año 1 al 273], lo cual nos permite estudiar en profundidad el fenómeno de la economía circular”, detalla la directora del proyecto.

Tal como se detalla en la web del proyecto, la mayoría de los centros urbanos del pasado dependían de sus propios recursos y eran autosuficientes. Así, constituyen modelos perfectos de economías circulares sostenidas a lo largo de los siglos. Quizá reutilizar huesos y cerámicas pertenezca a otro tiempo, pero las estrategias de sostenibilidad de la antigüedad pueden encontrar cabida en nuestro mundo.

Palmira era una ciudad autosuficiente y sostenible

El secreto está en los datos

Durante los próximos cuatro años, el equipo de arqueólogos liderado por la Universidad de Aarhus analizará los datos recabados en otro proyecto paralelo, el Palmyra Portrait Project, centrado en estudiar el arte funerario de Palmira. De esta forma, se analizarán desde los patrones monetarios hasta la producción de vidrio, cerámica y metal, pasando por la gestión de las explotaciones agrícolas o la construcción.

Los investigadores esperan poder determinar cómo las sociedades antiguas resolvieron el asunto de la autosuficiencia y la gestión de recursos. Cómo reutilizaron y reciclaron los materiales durante siglos. Además, las evidencias empíricas recolectadas mediante otros proyectos arqueológicos en Palmira se integrarán en modelos matemáticos para modelar el funcionamiento del sistema económico de la ciudad y dar con la clave de su circularidad.

El Palmyra Portrait Project lleva recopilando información y restos arqueológicos desde el año 2012. En sus datos quizá se encuentre el secreto de la sostenibilidad del mundo antiguo. Y algunas lecciones para la economía circular del presente.

Imágenes | Wikimedia Commons/Guillaume Piolle, Ulrich Waack, Pxfuel

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