No son pocos los que opinan que, en algún futuro no muy lejano, la tierra estará tan contaminada (o sobreexplotada) que los terrícolas tendremos que mudarnos a otro planeta. Entre ellos, Stephen Hawking, que declaró en una ocasión que “no tenemos futuro si no colonizamos el espacio”.
Otros ven con horror la idea de acabar de gastar este planeta para ir a llenar de basura el espacio exterior. Pero lo cierto es que el espacio ya está lleno de basura. Decenas de miles de objetos creados por el ser humano giran alrededor de la tierra a gran velocidad. Y nadie los ha estado recogiendo – hasta ahora.
La Agencia Espacial Europea (ESA) y la empresa suiza Clearspace han puesto en marcha ClearSpace-1, la primera misión de eliminación de basura espacial de la historia. Comenzará en el año 2025.
Desechos espaciales girando en órbita
La mayoría de la basura espacial comprende objetos generados por humanos, como piezas de naves espaciales, cohetes o satélites que ya no funcionan. Así lo explica la NASA, que señala también que la mayoría de la basura espacial se mueve muy rápido, alcanzando velocidades de hasta 29.000 km por hora. “Casi siete veces más rápido que una bala”.
Se mueven, sobre todo, en la órbita terrestre baja (conocida como LEO, por las siglas de low earth orbit). Una órbita situada entre la atmósfera y el cinturón de radiación de Van Allen, más o menos entre 200 y 2.000 km sobre la superficie de la Tierra. “Hay muchas razones por las cuales LEO se ha convertido en un cementerio orbital. Por ejemplo, la destrucción deliberada de la nave espacial china Fengyun-1C en 2007 y la colisión accidental entre una nave espacial estadounidense y una rusa en 2009 han aumentado la gran población de escombros orbitales en LEO en aproximadamente un 70%”, explican desde la NASA.
El resultado: unos 34.000 objetos girando alrededor de la tierra. En total, unas 6.000 toneladas de materiales que suponen un riesgo importante para naves espaciales que crucen la órbita baja. “Imagínese lo peligroso que sería navegar en alta mar si todos los barcos perdidos en la historia todavía estuvieran a la deriva en la superficie del agua“, alerta Jan Wörner, director general de la ESA. “Esa es la situación actual en órbita, y no se puede permitir que continúe”.
ClearSpace-1
ClearSpace-1 será la primera misión espacial que elimine basura de la órbita terrestre. Detrás de este proyecto está la empresa suiza ClearSpace-1, que cuenta con el apoyo del nuevo programa de Seguridad Espacial de la Agencia Espacial Europea. El proyecto cuenta con tecnología capaz de encontrar, capturar y eliminar objetos, y repetir esta operación una y otra vez. Las primeras misiones de ClearSpace-1 permitirán comprobar su eficiencia.
“Este es el momento adecuado para esta misión“, declara Luc Piguet, fundador y CEO de ClearSpace. “El problema de los desechos espaciales es más urgente que nunca. Hoy tenemos casi 2000 satélites en funcionamiento en el espacio y más de 3000 fuera de servicio”. Un número que, añade, crecerá en los próximos años ante la demanda de satélites para ofrecer servicios de telecomunicaciones y monitoreo.
El primero de los objetivos de la brigada de limpieza es VESPA, un adaptador del cohete Vega abandonado en órbita tras su segundo vuelo, en 2013. Se trata de un objeto con un peso de unos 100 kg, que orbita entre 600 y 800 km de altitud. Su forma, compacta, hacen que sea fácil recogerlo, por lo que es el candidato ideal para la primera tarea.
El ClearSpace 1 será lanzado en órbita para agarrar el adaptador con cuatro brazos robóticos. Después, el adaptador será expulsado fuera de órbita para que se desintegre en la atmósfera. Se trata de una prueba antes de avanzar hacia “capturas más grandes y desafiantes mediante misiones de seguimiento, que incluyen la captura de objetos múltiples”, señalan desde la ESA.
Otra tarea de limpieza
La NASA cuenta desde finales de los 70 con un programa que busca formas de crear menos desechos orbitales y equipos para rastrear y eliminar los que ya existen. Limpiarlos, señalan en su página web, “no es responsabilidad de ningún país, sino de todos los países que navegan en el espacio”.
Sin embargo, será finalmente la ESA la que comience un proceso de limpieza real de la órbita terrestre. El proceso se suma, así, a la larga lista de lugares que los seres humanos debemos limpiar de nuestra propia basura. Entre todos ellos el espacio es, sin duda uno de los más complicados.