La celebración de la Cumbre del Clima este 2019 en Madrid ha tenido dos caras en la calle: por un lado, la de activistas climáticos y manifestantes, que exigían acciones y respuestas ante la amenaza del cambio climático. Por el otro, la de los negacionistas, algunos de los cuales convirtieron a la joven activista Greta Thunberg en su propia diana particular.
Entre unos y otros, a muchos nos entra la duda. ¿Qué opinan en realidad los españoles del cambio climático? ¿Son estos negacionistas una representación real de gran parte de nuestra sociedad, o una minoría? Un estudio del Real Instituto Elcano, publicado en julio de este año, da respuesta a estas preguntas.
De todo un poco
Las conclusiones del estudio provienen, entre otros datos, de los resultados de una encuesta para entender el nivel de preocupación de los españoles con respecto al cambio climático. Se cuestionaba, también, su nivel de apoyo a todo lo relativo a una futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética.
Una de las principales conclusiones del estudio, que se publicó bajo el título ‘Los españoles ante el cambio climático: apoyo ciudadano a los elementos, instrumentos y procesos de una Ley de Cambio Climático y Transición Energética’, es que los españoles sí están preocupados por este problema.
Sin embargo, hay algunas diferencias en cuanto a cómo se puede afrontar y nuestra propia influencia en el mismo. Sobre todo, entre personas de diferentes ideologías.
El cambio climático es la mayor amenaza para el mundo
La emergencia climática encabeza la lista de las principales amenazas a las que se enfrenta el mundo, según el punto de vista de los encuestados. Por encima de los conflictos armados (en segunda posición) y otros problemas como la situación económica, el terrorismo o la inmigración. Este último figura, de hecho, entre los últimos puestos de la lista.
En cuanto a los negacionistas, son una clara minoría. Solo el 3% de los encuestados declaró que el cambio climático no existe. Y, ante la pregunta “¿somos los humanos los principales responsables del cambio climático?’’, solo el 7% respondió que no.
Partiendo de estas bases, se encuentran diferencias entre ideologías. Por ejemplo, el 96% de las personas de izquierdas están de acuerdo con la afirmación de que “los humanos somos los principales responsables del cambio climático porque usamos carbón, petróleo y gas”, frente al 92% de las personas de centro y el 84% de las de derechas.
Las personas que comulgan con ideologías de derechas y más conservadoras son también quienes más tienden a señalar que aún no se notan los efectos del cambio climático. El 22% de los encuestados de derechas lo ve así frente al 12% de los de izquierdas.
En este caso, hay también grandes diferencias en función del lugar de residencia. Una de cada cinco personas que viven en poblaciones pequeñas (de menos de 5.000 habitantes) considera que todavía no se notan los efectos. Sin embargo, en las ciudades de más de 300.000 se reduce a una de cada 10.
España no está haciendo lo suficiente
La gran mayoría de los encuestados considera que en nuestro país no estamos actuando en consecuencia. Creen que España debería dedicar parte de sus presupuestos a compensar los efectos del cambio climático, sobre todo para aumentar el número de árboles y mejorar la protección contra incendios.
Además, el 93% considera que España debe tener una ley de cambio climático, aunque la proporción cambia entre personas de diferentes ingresos: el 95% de las personas con rentas mensuales inferiores a 600 euros señalan que debería crearse esta ley. Entre los que suman más de 3.000 mensuales, este porcentaje baja al 80%.
Las conclusiones del estudio revelan el porcentaje de población que coincide con las siguientes frases:
- «El Parlamento debe adoptar los objetivos climáticos que indiquen los científicos»: 91%.
- «Los bancos deben invertir principalmente en proyectos o empresas que no aumenten las emisiones»: 89%.
- «La electricidad que producimos debe venir de fuentes renovables tan pronto como sea posible, aunque tengamos que pagar más por ella durante algunos años»: 87%.
- «España debe tener objetivos de reducción de emisiones para todos sus sectores económicos, aunque ello suponga mayores costes para las empresas y para los consumidores durante algunos años»: 83%.
- «Debemos extender la vida de las centrales nucleares tanto como sea posible»: 24%.
- «Debemos poder seguir usando coches como los actuales de gasolina y diésel, aunque eso suponga aumentar la contaminación y las emisiones»: 17%.
¿Y qué culpa tenemos cada uno?
Los españoles responsabilizan del cambio climático a las empresas, al gobierno a otros países y a las personas individuales, por este orden. El estudio revela que los ciudadanos son, por lo general, poco conscientes de su propia responsabilidad. En este punto se revela una importante diferencia entre hombres y mujeres: el 61% de las mujeres declara sentirse responsable frente al 47% de los hombres.
El 57% de la población indica que estaría dispuesta a pagar más para prevenir el cambio climático y sus efectos. De media, 46 euros adicionales en el impuesto de circulación, por ejemplo. Aquí vemos, de nuevo, diferencias entre ideologías: el 70% de las personas de izquierdas estaría dispuesta a pagar más en este impuesto, frente al 39% de las de derechas.
Tras largas jornadas de negociación, la COP25 ha fracasado en su objetivo de regular los mercados de carbono. Para la mayoría, los resultados de la cumbre son una decepción. «La comunidad internacional ha perdido una oportunidad importante de mostrar una mayor ambición en mitigación, adaptación y finanzas para afrontar la crisis climática», ha señalado lamentado el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.
Tras la finalización de la cumbre, se plantean muchas dudas. La principal, si lo acordado es suficiente para alinear nuestras actividades con los objetivos de la ciencia y asegurar que las temperaturas no se eleven por encima de los 1,5 grados en relación a los niveles previos a la revolución industrial.
Imágenes | Unsplash/Paul Gilmore, Unsplash/Markus Spiske, Unsplash/Alexander Popov