Da la impresión de que, cuando pensamos en inteligencia artificial, la mente se nos va automáticamente a la nube, a conducción autónoma, al procesamiento fotográfico y, más recientemente, a bots generadores de textos. El comercio al pormenor parece una de esas fronteras infranqueables para la tecnología más allá del uso de las tarjetas de crédito y las apps móviles, pero nada más lejos de la realidad: con cada vez más frecuencia, la IA está presente en el retail.
Y es que desde hace más de una década numerosas compañías están experimentando con el uso de esta tecnología para mejorar sus procesos, estimular las ventas y mejorar la seguridad de las tiendas. Algunos de estos avances son sutiles, totalmente invisibles al comprador, pero otros podrían replantear por completo el concepto actual del supermercado. ¿Cómo está cambiando y aspira a cambiar la inteligencia artificial el comercio minorista o retail?
Índice
Una definición de IA
Usos de la IA en retail
- Tiendas sin líneas de caja
- Regulación de precios y existencias
- Publicidad a la carta y posicionamiento de productos
- Prevención de robos
Una definición de inteligencia artificial
Una definición algo enciclopédica de la inteligencia artificial es la capacidad de las máquinas para percibir, sintetizar e inferir información de forma análoga a un cerebro real. Dicho de otra forma: cómo un elemento estrictamente sintético (un equipo electrónico) es capaz de imitar procesos cognitivos como los de un ser humano o un animal. Esto va desde el reconocimiento de órdenes de voz a la identificación de imágenes, pasando por la interpretación de patrones más abstractos (orientación espacial, entendimiento de conductas) e incluso la creación y el desarrollo de conceptos.
Por supuesto, queda la duda de dónde acaba la inteligencia artificial ‘domada’ y dónde empieza una IA ‘real’, capaz de generar sus propios procesos e interpretaciones de forma creativa, fuera de los confines de unos algoritmos predefinidos. Es un debate ciertamente interesante pero que todavía no afecta de lleno al comercio minorista, puesto que las disquisiciones en esta industria suelen ser mucho más prácticas, orientándose fundamentalmente a mejorar la cadena de valor. Aunque en esto, eso sí, las IA ofrecen claros beneficios frente a técnicas antiguas basadas en la intuición o el simple ‘machaque’ de cifras por parte de agentes de marketing y contables. Conozcamos algunos de los más inmediatos.
Usos de la IA en retail
Tiendas sin líneas de caja gracias al reconocimiento facial
Las colas en las cajas están cada vez más cerca de llegar a su fin. Desde hace mucho tiempo podemos encontrar tiendas con autopago, en las que el propio comprador escanea sus productos con un lector de código de barras o dejando los artículos en una bandeja con lector NFC/RFID para generar una lista que después se paga por medios electrónicos. Como mucho, puede haber una o dos personas para atender de cuatro a seis puntos de caja, agilizando el proceso. El próximo paso es eliminar el factor humano.
Amazon fue pionera al introducir hace ya algo más de un lustro el primer supermercado sin cajeros. Sus tiendas físicas tienen en sus bases de datos un registro de compradores, que son identificados mediante reconocimiento facial (un campo de aplicación de la IA absolutamente ineludible en el retail) o tokens electrónicos al entrar. Una vez en los lineales, cámaras de vigilancia con algoritmos de identificación de caras y diversos sensores son capaces de distinguir los productos que metes en la cesta, asignando un importe concreto que se cobra automáticamente cuando el comercio detecta que cruzas el umbral de la puerta para salir.
Este tipo de supermercados exigen un dominio tecnológico elevado y una gran inversión, por lo que es improbable que los veamos en nuestras calles a corto plazo, al menos de forma masiva. No obstante, parece que la realidad del retail va a ir en esa dirección, buscando aligerar el flujo de personas y reducir gastos en empleados, así que su implantación a mayor escala dependerá en gran medida de lo rápido que puedan reducirse los costes.
Regulación inteligente de precios y existencias
La inteligencia artificial también puede ayudar a gestionar labores tediosas, complejas y que en ocasiones pueden devenir en errores muy costosos. Por ejemplo, la gestión de precios. Gracias al análisis de dinámicas de compra en fechas concretas y la reacción de los consumidores a bajadas y subidas de importes en diferentes momentos económicos, las grandes cadenas pueden generar modelos predictivos que permitan saber el impacto que tendrá subir 10 céntimos el precio de venta al público de la barra de pan o si un descuento en la misma será más rentable.
Asimismo, también es posible adelantarse a las dinámicas del mercado, aunque por ahora solo sea en datos macro. De esta forma, es posible saber si cadenas rivales van a bajar o reducir sus precios, permitiendo ajustar acordemente las estrategias.
De forma similar, es posible utilizar la IA en retail para predecir qué artículos van a ser los más o menos demandados en fechas concretas. La ventaja de utilizar una inteligencia artificial frente a revisar las cuentas del año anterior es que esta puede ajustar sus predicciones de disponibilidad con base en factores como el impacto real del IPC y los cambios previstos en los precios, haciendo posible asignar con mayor precisión el espacio y los requisitos de almacenamiento y logística. Algo que no es poca cosa cuando se analiza desde el punto de costes para una gran empresa con cientos de establecimientos por todo el país.
Publicidad a la carta y posicionamiento de productos para estimular ventas
Cuando decimos que Minority Report fue una película adelantada a su tiempo, lo decimos en serio. Desde hace mucho, grandes compañías especializadas en publicidad y marketing utilizan videocámaras con seguimiento facial para ver dónde se fijan los consumidores de un centro comercial o incluso espacios públicos como estaciones del metro. Con estos datos, son capaces de localizar los puntos de mayor impacto visual para situar su publicidad. En el futuro, también será posible determinar los anuncios más adecuados
Dada la capacidad de los sistemas de reconocimiento de imagen actuales, ya es posible que los sistemas de IA determinen la composición demográfica de una masa de viandantes. El rostro, la longitud y la forma del cabello, la forma de caminar, la edad, si llevan mochila o no en hora punta como si fueran a trabajar o un centro escolar… Todos estos factores permiten crear modelos bastante precisos que podrían ser utilizados en el futuro para mostrar publicidad a la carta, exactamente igual que en la película de Steven Spielberg.
Por otro lado, el seguimiento ocular mediante cámaras y el análisis de tendencias mediante inteligencia artificial pueden servir también para perfeccionar la forma en la que se disponen los productos en una tienda. Actualmente es bastante común que, por ejemplo, un supermercado te haga dar un rodeo enorme para comprar productos de primera necesidad, de forma que por el camino puedas ver otros menos importantes pero que tal vez te llamen la atención, consiguiendo una compra por impulso. En el futuro, la IA en retail permitirá mejorar esta técnica.
Conociendo la demografía concreta de los clientes de un barrio, sus gustos estacionales y la forma en la que prestan atención o directamente ignoran los productos de un lineal, las tiendas podrán saber cuándo necesitan cambiar el orden de las estanterías. Asimismo, resultará más fácil dar mayor visibilidad a los artículos que se quiera promocionar de forma especial, situándolos en aquellos puntos donde los ojos se nos van de forma automática sin que siquiera nos demos cuenta, haciendo más fácil el descubrimiento inadvertido por los clientes.
Prevención de robos observando la conducta de los clientes
Por último, la inteligencia artificial puede ser utilizada (y de hecho ya está siendo utilizada) para prevenir hurtos. La firma japonesa Vaak ya ofrece desde hace unos años una solución de monitorización de visitantes que permite adelantarse a los ladrones en base al análisis mediante de gestos y comportamientos sospechosos mediante esta tecnología. No es justicia predictiva al estilo de la ya mencionada Minority Report, pero se le acerca bastante.
El software de análisis de comportamiento para tiendas Vaakeye Store DX es capaz de conectarse a las cámaras de vigilancia de un establecimiento para observar conductas extrañas, como personas que miran con frecuencia a los lados o manos que se deslizan sospechosamente hacia la chaqueta después de pasar por la estantería. Hasta el propio caminar puede delatar a los cacos. La idea no es tanto detenerlos con las manos en la masa como avisar a los vigilantes, de forma que se puedan desplazar antes de que cometan el hurto para disuadirles con su presencia.
El uso de este tipo de sistemas de inteligencia artificial, por supuesto, entraña riesgos importantes. Después de todo, una IA es solo tan precisa y justa como las mentes que la programan, por lo que antes de iniciar su despliegue en masa deberán tenerse en cuenta todas las consideraciones éticas que implica tratar a cualquier persona como si fuera un ladrón en potencia solo porque tal vez se ha llevado las manos donde no debía.
Imágenes | Craig Lovelidge, Alex Knight, Nathália Rosa, Mak
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