Alex Richter-Boix (Barcelona, 1974) es doctor en biología con 15 años de experiencia profesional en el campo de la investigación. Ha tratado temas de ecología como la estructura de las comunidades, el efecto de las especies invasoras, o las consecuencias térmicas del cambio climático sobre las especies, además de aspectos evolutivos como la estructura genética de los seres vivos y sus mecanismos de adaptación.
Autor o coautor de 39 publicaciones científicas internacionales, lleva más de diez años como coeditor del Boletín de la Asociación Herpetológica Española, colabora en blogs sobre divulgación científica y lleva su propia web sobre evolución y ecología. Es responsable de la comunicación del CREAF (Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales) y acaba de publicar El primate que cambió el mundo: Nuestra relación con la naturaleza desde las cavernas hasta hoy (Geoplaneta, 2022).
El blog de Lenovo (EBL): ¿De qué trata El primate que cambió el mundo?
El libro habla de la aparición de nuestra especie y de cómo hemos alterado la naturaleza. No es algo de este último siglo, sino que llevamos miles de años transformando los paisajes. Algunos seres vivos han sufrido los cambios que hemos aportado, pero otros nos acompañan en este viaje y se aprovechan de los hábitats que hemos creado. No solo las ratas, sino también los perros, que viven mucho mejor que antes de su domesticación. De hecho, lobos quedan muy pocos, pero los que se transformaron en perros triunfaron.
EBL: ¿Es el Antropoceno una definición que compartes?
Antropoceno es un concepto que se emplea para definir la influencia del ser humano en la historia geológica del planeta. Y sin duda ya podemos decir que el ser humano ha alterado esta historia. De hecho, se ha calculado que en la Tierra ya hay más masa de producción humana que biomasa. En este sentido, el mundo ya está humanizado.
EBL: ¿Estamos usando las palabras correctas con respecto a la cuestión climática?
Cada vez se habla más de ‘emergencia climática’ que no de cambio, porque a nivel de comunicación se ha visto que este último concepto no cunde. Lo que deberíamos entender es que la emergencia no es para la Tierra, sino para nosotros. Variaciones climáticas a lo largo de la historia ha habido muchas, y siempre ha sido terrible para los organismos que vivieron en este periodo. Nosotros nos hemos acostumbrados a un clima en el que hemos proliferado, así que cambiarlo es un poco como dispararse en el pie. De todas formas, lo que está claro es que no tenemos que sufrir por la Tierra, ella se adaptará. El problema lo tendremos nosotros y muchas otras especies.
EBL: ¿Crees que lo que está pasando no tiene precedentes?
Cuando los primeros organismos comenzaron a producir oxígeno hubo un cataclismo porque hasta entonces la vida no estaba acostumbrada a existir con este elemento químico. Esas criaturas primordiales se intoxicaron y se extinguieron. De alguna manera, la aparición del oxígeno, que hoy nos da la vida, fue una contaminación. Todo ser vivo genera cambios en su entorno y estos siempre son relativos: para bien para algunos y para mal para otros. Después de cada cataclismo o de grandes extinciones como la de los dinosaurios la vida siempre se ha recuperado, incluso con más fuerza y diversidad.
EBL: ¿Incluso las consecuencias del cambio climático son relativas?
El cambio climático es relativo para los organismos y también para las poblaciones. Seguramente los países nórdicos se beneficiarían, ya que podrían trabajar otros cultivos y hay una carrera entre naciones para explotar los recursos del Ártico una vez que se derrita el hielo. Lo cierto es que habrá una franja del mundo muy poblada y con muchos recursos, las áreas tropicales y mediterráneas, que se verá muy afectada. Allí hay más población precisamente porque es donde la naturaleza es más rica. Esto puede producir migraciones y conflictos, puesto que la gente no se está quieta cuando tiene hambre, con consecuencias para todos en un planeta donde todo está relacionado.
EBL: ¿Nuestra especie es la única que explota tanto su entorno?
Todos los animales explotan los recursos que tienen a su alcance, no es que los humanos sean malos. La dinámica depredador-presa lo explica muy bien. El problema de los humanos es que hemos aprendido a aprovecharlo casi todo y esto ha generado una explosión demográfica. Nuestro caso es paradigmático porque nuestra evolución nos da una ventaja increíble en todos los hábitats.
EBL: ¿A qué se debe tanto éxito?
El éxito del homo sapiens frente a otros homínidos se debe a nuestra capacidad de trabajar en equipo y a nuestra empatía. No es cierto que el hombre es un lobo para el hombre. Más bien somos una especie capaz de convivir en ciudades con otros millones de nuestros símiles sin matarnos entre nosotros, como sí hacen muchas otras especies. Aunque existen conflictos, la norma general es la colaboración.
EBL: ¿La COVID-19 podría ser un aviso de que podríamos morirnos de éxito?
No pienso que el coronavirus sea un fenómeno regulador. Siempre ha habido pandemias y epidemias, son fenómenos naturales. Obviamente cuando la interconexión es más estrecha y muy rápida, se propagan más. Pero no me gustan las voces que intentan dibujar al ser humano como a una peste para el planeta, son un poco peligrosas. No aportan soluciones, sino que señalan a otros grupos como los culpables. Es una forma un poco elitista de verlo. De hecho, cuando las personas dicen que sobra gente en el mundo, curiosamente nunca son ellas las que sobran.
EBL: ¿El humano ha exagerado en su intento de moldear el mundo?
Hay muchos organismos que de forma natural (por cierto, los humanos también somos naturales), manipulan sus genes y los de sus huéspedes. Como en el caso de algunos parásitos de plantas. Es decir, los transgénicos tampoco son un invento humano. Por otro lado, muchas domesticaciones en realidad son autodomesticaciones. Algunas poblaciones de lobos decidieron acercarse a los humanos de forma espontánea. Los gatos, igual. Y poco a poco se fueron moldeando los unos a los otros.
EBL: ¿Nos sobrevaloramos un poco?
Más allá de las valoraciones éticas, es cierto que en ocasiones los humanos han mostrado cierta soberbia. Una cosa, de hecho, es la domesticación y otra es la degeneración en la selección de razas, que en algunos casos ha provocado graves problemas genéticos solo por razones estéticas o utilitaristas. Y no solo en los perros, que quizás sea el caso más conocido, sino también en las gallinas que se seleccionan para uso alimenticio y que cargan con muchos problemas de salud. En la misma línea, ante la posibilidad de reintroducir o ‘revivir’ especies extinguidas como el mamut a través de su ADN, hay que pensárselo bien, porque las consecuencias de estas operaciones en los ecosistemas son muy profundas y difíciles de medir. Yo me concentraría en conservar lo que tenemos.
EBL: ¿Y el futuro cómo lo ves?
Me parece que nos estamos enterando de la negatividad de ciertos excesos. Espero que los cambios que vamos produciendo sean paulatinos y que no se manifiesten estas catástrofes que auguran ciertos climatólogos. Quiero ser optimista, y espero que los cambios sean asumibles. Así que a nuestra especie aún le queda un largo recorrido, a nivel biológico nos adaptaremos, siempre y cuando no se autodestruya con armas nucleares.
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